La demagogia de Arturo AIessandri Palma, con su lenguaje populista y su "Cielito Lindo", se la llevó el viento en los primeros meses de su gobierno, iniciado en 1920.

La Crisis económica se agravaba, golpeando especialmente a la pampa salitrera.

Muchas oficinas apagaron sus fuegos y lanzaron al desierto a los operarios. En algunas partes ellos luchaban intentando conservar sus puestos de trabajo para lograr al menos una indemnización. Las autoridades actuaban con presteza para imponer el "orden" y aplastar cualquier conato de rebeldía.

Así ocurrió en la oficina San Gregorio. Soldados del famoso Séptimo de Línea o Regimiento "Esmeralda" de Antofagasta, con apoyo de policías, masacraron el 3 de febrero de 1921 a obreros que esperaban pacíficamente una respuesta de la empresa a sus peticiones.

Lanzados a la cesantía, miles de trabajadores del salitre emigraron a Santiago. Subsistían con sus mujeres y niños en albergues.

Eran obreros que habían perdido su trabajo pero no su conciencia de clase. Ellos no habían olvidado las enseñanzas de Recabarren. Se organizaron en el Consejo Nº 28 de la FOCH y el 23 de noviembre de 1921, iniciaban una marcha de solidaridad con los inquilinos en huelga del fundo "Lo Herrera" de Peñaflor, cuyo propietario era el senador Eleodoro Yañez.

Muy temprano comenzaron a reunirse los manifestantes, dispuestos a marchar a pie hasta ese lugar. Pero la policía los esperaba en la calle Santa Rosa a la altura del Zanjón de la Aguada. Sin advertencia previa hizo una descarga sobre los trabajadores, dando muerte a Luis Reveco y dejando varios heridos, entre ellos Moisés Albino González y Anselmo Lecaros.

Los manifestantes no se amedrentaron y combatieron cuerpo a cuerpo con los policías.

ZAPATERÍA "EL SOVIET"

La masacre del Zanjón de la Aguada no fue producto de un exceso de celo de los guardianes del "orden". Obedeció a un plan fríamente diseñado. Se inició a las 4,45 de la madrugada de ese 23 de noviembre con el ataque de agentes de Investigaciones al local de la FOCH, donde también funcionaban los talleres del periódico "La Federación Obrera" y culminó cuando los agentes prendieron fuego al edificio.

En la noche del 23, la policía irrumpió también en el lugar donde se velaban los restos de Luis Reveco, apoderándose del ataúd para sepultarlo secretamente en el Cementerio General.

Esto indignó a los trabajadores y los diputados comunistas Luis Emilio Recabarren y Luis Víctor Cruz protestaron ante el ministro del Interior. Este sostuvo que las medidas estaban destinadas a impedir "la inauguración en Chile de un Soviet, noticia ampliamente informada por la prensa".

Esa explicación era absurda y se basaba en el aviso de una zapatería de la calle San Diego. Decía: "Mañana se inaugura El Soviet", lo que no tenía nada que ver con la pacífica marcha de los inquilinos del senador Eleodoro Yañez.

El ministro del Interior visitó a los policías heridos en la refriega del Zanjón de la Aguada para felicitarlos: "El gobierno agradece a ustedes -dijo- su inmenso sacrificio en defensa del orden y la tranquilidad pública".

Pero la zapatería "El Soviet" de calle San Diego, sin embargo, se inauguró al día siguiente sin ningún problema.

Historia del Movimiento Social chileno

- Biografía de Francisco Bilbao (1823-1865)