"Mi padre fue uno de los fundadores del Partido Obrero Socialista, de modo que yo tomé contacto con las luchas sociales desde pequeño; primero en forma inconsciente, pero luego perseveró en mí el deseo de poder servir".

Así comienza su relato Galvarino Arqueros, pionero de la prensa popular, formador de periodistas y periódicos obreros, heredero directo de las enseñanzas de Luis Emilio Recabarren, y quien defiende hasta hoy su histórico legado de "organizar a los trabajadores, levantar el sindicato y fundar el periódico".

Recuerda que "por aquellos años, la crisis del salitre llevó a mi familia al sur, donde Tancredo Pinochet sacaba un diarito. Así es, y él me inició en esto del periodismo popular, de la prensa obrera Después mis padres partieron a Coquimbo, y entonces se rompió mi propósito de servir al periodismo. Pero por poco tiempo... porque los "fochistas" comenzaron la lucha por formar el sindicato, y se hacía cada vez más necesario llegar con la palabra escrita a los trabajadores. Mi papá sabía arreglar máquinas de escribir, y al poco tiempo, ya estaba escribiendo de nuevo.

"En 1933, como secretario de prensa y propaganda del sindicato ilegal, los compañeros me encargaron hacerles el periódico. Después vino otro periódico, y así fui ganando experiencia, que en este trabajo es algo vital. En el intertanto, yo conversaba con viejos periodistas obreros, que me iban transmitiendo lo que ellos sabían, y me aconsejaban. Luego, el sindicato me pagó un curso de periodismo por correspondencia: fue así como me convertí en corresponsal de varios diarios de la zona, y también del diario de la FOCH".

Galvarino Arqueros recuerda las anécdotas de viejos sindicalistas, que contaban que Recabarren les decía: "Deje la pala, compañero, y vaya a sacar el diario El Socialista". "Tenía ocho años cuando Recabarren dejó de existir, pero trabajé con quienes aprendieron de él, de su lucha, de su inmenso compromiso social".

COMO SE HACÍA EL PERIODICO ENTONCES

Distintos periódicos proletarios

"Había unas cajas con 27 dispositivos -continúa Arqueros-, se sacaban las letras y se metían en una especie de regleta, luego se hacían las pruebas e iban a la prensa Recabarren tenía dotes yo diría extraordinarias: él no hacia los originales, es decir, no escribía los textos antes de hacer las pruebas; iba redactando en la misma caja. Y la prensa obrera jugó entonces un importante papel: ayudó a que los trabajadores comprendieran que sólo por el camino de la organización podrían superar su denigrante situación y producir cambios en su favor. Recabarren sembró de diarios todo el país, el norte, la zona del carbón, Coquimbo, la zona central. Él decía: "La prensa obrera es una lima que rompe cadenas".

RECABARREN Y EL CONGRESO DE VALPARAISO

El Despertar de los Trabajadores, 1912

En 1903, se realizó en Valparaíso el Congreso Social Obrero; participaron 169 organizaciones mutualistas representando a 20 mil trabajadores organizados. Recabarren era entonces secretario de redacción del diario Democracia, del Partido Demócrata, y en esta calidad fue invitado al Congreso.

La intervención del líder obrero impactó profundamente a los asistentes al Congreso. Los dirigentes marítimos de Tocopilla lo invitaron a almorzar: "le tenemos una proposición -le dijeron-, hemos comprado una prensa nueva y la vamos a llevar a Tocopilla. Queremos que usted se vaya con nosotros para sacar el diario". Recabarren aceptó y allá sacó el diario El Trabajo. Lo tomaran preso y empastelaron la prensa. Una vez en libertad se fue a Antofagasta, donde editó El Comunista y El Grito Popular, en Iquique (1906), antes de El Despertar de los Trabajadores, diario obrero que jugó en esa etapa un papel muy importante;

Durante el Frente Popular, con Pedro Aguirre Cerda, se editó el periódico Justicia, y antes. en 1936, el tabloide Frente Popular, de 16 páginas, a través del cual el Partido Comunista apoyó y difundió el programa del candidato de la coalición.

NACE "EL SIGLO"

Portadas de "El Siglo", años '40

Galvarino Arqueros continúa sus recuerdos: "Después del triunfo popular, el Partido Comunista dijo "es necesario sacar un diario mejor aún". Y Pedro Aguirre Cerda les anunció que les tenía 3 ministerios. Entonces Galo González le respondió, con mucho respeto: "No estamos interesados en ministerios. Queremos pedirle otra cosa: la prensa del diario La Nación, que nos la venda". Él quedó de averiguar y les pasó la prensa de La Nación. Nacía así El Siglo, el primer activista de la Revolución Chilena".

Fue una verdadera revolución en el periodismo, en colores, con grandes titulares, secciones vivas como "Buenos días con Punzón"; "El diablo cojuelo" (que daba a conocer aspectos turbios de la reacción), "El Muro" y tantas otras; el diario aparecía con muchas entrevistas, recuadros, correspondencia. Realmente ese periodismo golpeó.

"Yo vi a viejos fochistas recibir el diario y llorar. Ellos no se imaginaban que el Partido Comunista podría llegar a tener un diario moderno, ágil y con las características de El Siglo, que inició grandes campañas en favor del desarrollo del gobierno, y denunció a los que atornillaban al revés. El diario jugó un papel inmenso de apoyo a la organización, en la lucha contra el fascismo: "Unidad Nacional contra el fascismo" era su llamado que prendía cada vez más en la masa, mientras instaba a la solidaridad moral y material con la resistencia antifascista en Europa.

Yo recuerdo ahora la Campaña del Peso, donde se juntaba literalmente peso a peso para financiar el diario. Había talonarios de 1, 2 y 5 pesos. Se hacían Domingos Rojos, donde se trabajaba en la mina por ocho horas, en el carbón, el cobre, el salitre, y el producto de ese trabajo se entregaba intacto al diario. Los trabajadores, las mujeres, los jóvenes y hasta los niños (se usaba mucho eso de comprar un bono de apoyo y dedicarlo, es decir, firmarlo con el nombre del niño); todos colaboraban con entusiasmo, con alegría, por hacer realidad la prensa de los de abajo, la prensa del pueblo.

En agosto de 1948, El Siglo fue clausurado. Era la época de las relegaciones, de la traición de González Videla, de Pisagua y la Ley Maldita. Los compañeros no se quedaron así nomás. Sacaron rapidito El Pueblo. También fue clausurado. Surgió otro periódico: Democracia, que se mantuvo hasta el 24 de octubre de 1952.

El 25 de octubre de 1952 reapareció El Siglo, estando aún en La Moneda González Videla...

Ese mismo 25 de octubre de 1952, en la noche -lo recuerdo como si fuera hoy- el Colegio de Periodistas rindió un homenaje a sus colegas que trabajaban en El Siglo..."