Mario Juan Carreño y Morales, nacido el 24 de mayo de 1913 en La Habana, fue un renombrado pintor cubano-chileno, galardonado con el Premio Nacional de Arte de Chile en 1982, país del cual obtuvo la ciudadanía en 1969.
Desde una temprana edad, Carreño demostró un talento excepcional para el arte, ganando su primer premio a la edad de 9 años con su obra "Retrato de Arita". Inició su formación artística en la Academia de San Alejandro de La Habana, aunque más tarde desertó debido a conflictos con algunos académicos y encontró empleo como ilustrador en el Diario de la Marina, así como colaborador en otras publicaciones.
En 1932, viajó a Europa para continuar sus estudios en la Escuela de San Fernando en Madrid, donde conoció al poeta chileno Pablo Neruda. Tras abandonar España debido a la guerra civil, se trasladó a México, entrando en contacto con prominentes muralistas como Diego Rivera y José Clemente Orozco. Posteriormente, se estableció en París, donde consolidó su reputación como artista.
Durante los años 1940, Carreño vivió en Nueva York, donde produjo numerosas obras notables, incluyendo "El Nacimiento de las Naciones Americanas". También pasó tiempo en su país natal y en Cuba, donde colaboró en un mural con el destacado muralista mexicano David Alfaro Siqueiros.
En 1946, comenzó su destacada carrera docente como profesor de pintura en The New School for Social Research en Nueva York. Más tarde, enseñó en la Escuela de San Alejandro en La Habana y posteriormente en Chile, donde fundó la Escuela de Arte de la Católica y ejerció como profesor de pintura y de Historia de la Pintura Contemporánea en Latinoamérica.
Carreño se estableció definitivamente en Chile en 1958, donde continuó su prolífica carrera artística y docente. A lo largo de su vida, su estilo evolucionó desde el realismo figurativo hasta el surrealismo y el arte abstracto, reflejando una visión apocalíptica del destino humano en su obra posterior.
Mario Carreño dejó de pintar en 1994 debido a problemas de salud y falleció en Santiago en 1999. Su legado artístico perdura en museos de todo el mundo y en importantes colecciones privadas. En 2013, se creó la Fundación Mario Carreño en Chile para difundir y preservar su obra, así como para evitar la falsificación de su trabajo.
Fuente: Wikipedia.org