(APSI, Nº 154, del 15 al 28 de Octubre de 1984. Págs. 15 y 16)
Las próximas elecciones de la FECH Un cúmulo de nostalgias y esperanzas (1984)
por Francisco Mouat
Frontis Casa Central de la Universidad de Chile
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Se dio cita y maña de protagonista durante los 67 años en que deambuló por pasillos, aulas, jardines y alamedas metiendo bulla y desafiando al poder constituido. El golpe militar de 1973 la borró de un plumazo: "Hasta nueva orden". Desde entonces, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la FECH (vocablo juvenil que hizo transcurrir su historia bajo la tutela de rebeldes, anarquistas, liberales, socialistas, radicales, democratacristianos y comunistas) cargó esa lápida casi necrológica en absoluto silencio. Debió esperar once años, el paso de toda una generación de estudiantes, para alzar la voz y reclamar nuevamente su presencia en la casona universitaria que antaño fundara Andrés Bello.
Lejos están los discursos del bohemio Juan Gandulfo, el 18; las referencias que hacía Jorge Millas el año 39 de la guerra civil española; las tertulias de café allá en la sede de Ahumada 73. Lejos. Ajenas casi, las palabras de José Tohá el 50 y los encendidos emplazamientos de Luis Maira el año que Frei asumió la presidencia de la nación. Para ellos, la autonomía ya estaba consagrada y el pluralismo era elemental.
En este nuevo Chile, el desafío de la debutante FECH 84 es más simple y preciso: democratizar la Universidad de Chile. ¿Quiénes llevarán la batuta en el proceso? El resultado de Las próximas elecciones (martes 23 y miércoles 24 de octubre) dará la pauta. Por ahora, sólo cabe constatar que el camino no será nada fácil...
El triste recuerdo que hizo toda una generación de ese pistoletazo suicida que se propinara el estudiante anarquista Moisés Cáceres en una primaveral calle parisina. el año 26; la dramática evocación del joven poeta Domingo Gómez Rojas postrado en la cárcel, a punto de morir, despedido al más allá por 40 mil almas y descrito por Neruda en sus Memorias ("la repercusión de su crimen fue tan profunda y vasta como habría de ser el asesinato de García Lorca en Granada"); los imponentes desfiles, asonadas céntricas de tarros. bombos y consignas libertarias, constituyen testimonios irrefutables de la trascendencia histórica que poseyó la FECH desde que naciera a la vida pública en un crudo invierno de 1906.
De ese ayer, sólo perdura la refrescante memoria de crónicas inmortales, y los relatos de viejos testigos que se esfuerzan por aprisionar nebulosos episodios vividos en carne propia. Todo lo demás es leyenda.
EL COMBATE ELECTORAL
Cuando el próximo martes 23 y miércoles 24 de octubre los estudiantes elijan sus representantes y opten por un proyecto de universidad democrática, se cristalizara uno de los anhelos que hoy sustenta la mayoría de los alumnos (moros y cristianos) de la Universidad de Chile, pero que no todos reconocen: ser actores protagónicos en la toma de decisiones dentro de la comunidad universitaria.
¿Quiénes sostendrán el combate electoral? En un rincón estará el Frente Universitario (FU). coalición de grupos derechistas que postula "romper el inmovilismo y la abulia que invade a un amplio sector de estudiantes, e iniciar una lucha democrática que demuestre nuestra disposición de enfrentar en las urnas, en los foros y donde sea necesario a la izquierda y a cualquier sector contrario a nuestros principios universitarios". Y en el otro rincón estará la lista de centro e izquierda (tres candidatos demócrata-cristianos, dos del MDP y uno apoyado por el Bloque Socialista -ver entrevista aparte), que busca acabar con el "síndrome autoritario" de los jóvenes chilenos y luchar por el término de la intervención militar en las universidades, por el advenimiento de un gobierno de transición que permita discutir el tipo de universidad democrática al que se aspira, y por el término del actual sistema de financiamiento, al que catalogan de "injusto y aberrante". Uno de los candidatos de la DC, Yerko Lujbetic, profundizó estas materias: "En nuestra universidad existe un patrón que manda y vasallos que obedecen, siendo siempre el estudiante quien debe obedecer. Es preciso romper con eso. Tenemos el derecho y el deber de exigir participación, porque a la autoridad militar lo que le interesa es transformar la mentalidad juvenil y regirla bajo fórmulas de temor y sometimiento. Ellos no entienden que los jóvenes harán siempre sucumbir cualquier proyecto autoritario de gobierno, de universidad".
Un aspecto conflictivo, y que ha colocado virtualmente en igualdad de planteamientos al rector delegado con el FU, es el relativo al co-gobierno. El FU ha dicho que el nuevo Estatuto de la FECH "consagra el co-gobierno, definiéndolo como única alternativa al sistema de rectores delegados, ambos esquemas que rechazamos". Lujbetic responde apresurado: "Nosotros pedimos algo elemental: participar en la toma de decisiones sobre políticas universitarias. El FU se espanta porque desea situar a los estudiantes en un plano de apatía y descompromiso con su entorno inmediato, la universidad, y con el país".
Con el advenimiento de la nueva FECH, el primer paso democratizador en la Universidad de Chile, los estudiantes sienten con apremio la necesidad de responder eficazmente a los propios desafíos que se han planteado.
La tarea es difícil. Arrimado a una mesa y sorbiendo Coca Cola, uno de ellos se dejó llevar por las reflexiones de Ortega y Gasset: "La universidad se alzó como genuino, exclusivo y auténtico poder espiritual. Era la inteligencia como tal, exenta, muda, y por sí, que por vez primera en el planeta tenía la audacia de ser directamente y en persona una energía histórica"...
Por el momento, la FECH ya diseñó una ventana. Tras el cristal, se advierte un cúmulo de nostalgias y esperanzas.