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Documento de Historia Nº 86. 1 de julio de 2007(Tomado desde la Página de PRONAP) Historia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh)
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH, nace en 1907 como símbolo de la rebeldía y el espíritu libertario de la juventud chilena. Presidida por el estudiante de Medicina Jorge Ducci, y apoyada fervientemente por el entonces rector Valentín Letelier, desde sus inicios trascendió al quehacer cotidiano de la universidad, dedicándose a la asistencia educacional, médica y legal de la clase obrera y de los sectores más postergados de la sociedad. Es Letelier quien en 1908 habilita definitivamente el Club que acogió a la FECH dentro de la Casa Central, de cara a San Diego. Pedro León Loyola, presidente FECH en 1918, funda la Universidad Popular Lastarria para obreros. En su labor nocturna contaba con las cátedras de Castellano, Filosofía, Historia, Física, Geometría e Higiene, y Astronomía. Los sábados se impartían Ciencias Económicas y Sociales. Comienza la Bohemia Estudiantil. La pugna entre el Estado laico y la Iglesia, que era absolutamente dominante desde el punto de vista cultural, atravesó todo el siglo XIX y aún estaba vigente al fundarse la FECh,la cual se pronunció abiertamente contra la participación del Varicano en la política chilena. En mayo de 1913 se produce una revuelta de la Bohemia Estudiantil, pidiendo la renuncia de Monseñor Sibila, nuncio papal, que había propuesto en 1910 que la Iglesia, para protegerse de confiscaciones, debía vender sus bienes y enviar los frutos de la venta al Vaticano. En los enfrentamientos, Monseñor Sibila pierde su sombrero en manos de los estudiantes, siendo llamado el presidente de la FECh, Alejandro Quezada por el Ministro del Interior del Presidente BarrosLucoi, para que devuelva el símbolo de dignidad del eclesiástico. La primera gran generación de los años 20 era anarco-sindicalista. Su medio de difusión era “Claridad”. En ella escribieron Pablo Neruda, Juan Gandulfo, Manuel Rojas, González Vera y el gran poeta de ese momento, Domingo Gómez Rojas, entre otros. Es la generación que planteó la idea de la Reforma Universitaria, influenciada por el Manifiesto de Córdoba, de 1918. La Convención Estudiantil de la FECH, realizada en junio de 1920, elaboró su Declaración de Principios. Esta estableció para todo su accionar una escala progresiva de valores: Individuo, Familia, Patria y Humanidad. La menor importancia dada a los conceptos de familia y patria trastornó al elemento conservador de la sociedad chilena de principios de siglo. Las conclusiones sobre la cuestión social, la orientación internacional pacifista, la acción organizada del proletariado y su frontal ataque al sistema capitalista, molestaron a la clase dominante. El senador Enrique Zañartu, diría en el Senado y en la prensa: “el que tales principios sustenta debe envejecer en la cárcel hasta morir en ella” y “lo que es contrario al régimen capitalista es contrario a los intereses nacionales”. Cada año al llegar octubre la Federación organizaba la Fiesta de la Primavera, celebración que movilizaba no sólo a los estudiantes de Santiago, sino que a todos los pueblos de provincia. Se realizaban los “Juegos Florales”, concurso literario donde obtuvieron sus primeros premios jóvenes que luego serían grandes poetas: Gabriela Mistral en 1914, con los “Sonetos de la Muerte”. Pablo Neruda en 1921, con “Canción de la Fiesta”. La situación política coyuntural era del interés permanente del estudiantado, llegando a elevados niveles de enfrentamiento, como fue el caso de “ la Guerra de don Ladislao”, un posible enfrentamiento con Perú destinado a elevar el nacionalismo, distrayendo la atención de la ciudadanía sobre la candidatura de Alessandri Palma. La FECH dijo que todo era una “farsa”, por lo que fue duramente criticada por los periódicos: “La actitud antipatriótica de la FECH”, publicó “Las Últimas Noticias”, “¡A Lima! ¡A Lima! Es la voz que se ha oído en las imponentes manifestaciones patrióticas”, diría la Revista Zigzag. El 21 de julio de 1920 es asaltado y saqueado del Club de la Federación, que se había trasladado a la primera cuadra de Ahumada. Los estudiantes que se encontraban en el interior debieron huir por los techos para evitar ser alcanzados por las balas. La turba rompió muebles y libros, que fueron quemados en plena calle. También destruyeron la Imprenta Numen, que editaba “Claridad”. En los días siguientes, las cárceles se llenaron de estudiantes. En “el proceso a los subversivos”, cae Domingo Gómez Rojas, que enloquece en la cárcel a causa de las torturas. Fue encerrado en la Casa de Orates, donde murió después de 4 meses, a los 23 años de edad. Desde Salamanca, España, Miguel de Unamuno le escribiría a la FECH: “He visto que se acusa de vendidos a la plata peruana. No podían acudir a otra argucia. Es la de todas partes. Estos accionistas del patriotismo no se explican actitud ninguna sino por el dinero, su único Dios”. En 1924 se produce el Golpe Militar de Carlos Ibáñez del Campo. Los estudiantes, se unen a obreros y otros sectores saliendo a la calle logrando derribar la dictadura, caída que también está relacionada con la crisis económica mundial del año 29. Con el surgimiento del Frente Popular el año 36, se produce gran movimiento cultural y artístico, que tiene su base en la Universidad de Chile. El Teatro Experimental, la Orquesta Sinfónica, el ballet, la extensión cultural son impulsados por los estudiantes y por un rector radical, Juvenal Hernández. La Segunda Guerra Mundial es vivida por la Fech en una tensa espera por los acontecimientos que determinarían el futuro del mundo, en lucha contra el fascismo hitleriano. Terminado el conflicto, se produce la identificación de dos grandes potencias culturales y militares, con proyectos de sociedad diametralmente opuestos. Se produce la Guerra Fría entre Estados Unidos y Unión Soviética. El movimiento estudiantil se alinea en un pacto social que contemplaba a los estudiantes, lo que dura hasta el gobierno derechista de González Videla. En la dirección de la Fech se suceden presidentes derechistas y comunistas. Entre 150 y 60 el movimiento estudiantil se consolida como actor político. En ese tiempo la FECH tenía un espacio en el canal 9 de la Universidad de Chile. 25 minutos que eran ocupados por los estudiantes para tratar temas universitarios, informar sobre las actividades de la Federación, realizar foros. Hacia 1960, la universidad era marcadamente clasista y elitista en su composición social. El gobierno universitario era ejercido únicamente por los profesores “titulares de cátedra”. Los estudiantes exigieron un ingreso más amplio y una estructura más democrática de gobierno. Demandas parecidas estaban contenidas en el “Manifiesto de Córdoba”. Los años 1967-68 encuentran a todas las universidades agitadas en torno a estos temas: las huelgas por la reforma comenzaron primero en la Universidad Católica de Valparaíso y Santiago, U. Santa María, U. Técnica, y en la Facultad de Filosofía y Educación de la Chile, parte de la cual era el Pedagógico. De la mano con la Reforma se desarrolló un inmenso florecimiento de las artes. Es el tiempo de la “nueva canción chilena”, la Peña de Los Parra, el Circo de Violeta, la Peña Chile Ríe y Canta. La universidad se llenó de ponchos, chalecos hechos a mano, barbas y pelo largo. La reforma universitaria consolidó a la Universidad de Chile como el eje cultural de discusión crítica, que la convirtió en el blanco preferencial de la dictadura . El Golpe Militar de 1973 modificó el carácter y las actividades de la organización estudiantil. La represión inicial disolvió las federaciones. Cualquier actividad reivindicativa fue calificada de “subversiva”. La intervención en las universidades buscó negar y revertir cada uno de los logros del Reforma. En la Universidad de Chile este proceso adquirió sus más dramáticas y nefastas consecuencias: perdió sus sedes de provincias, las carreras pedagógicas, las actividades de extensión, los concursos para llenar cargos, las becas, la comunicación con la comunidad universitaria internacional y hasta las bibliotecas. Sin embargo, la organización estudiantil volvió a generarse, esta vez a dos bandas. Por un lado, la organización formal, la FECECH, Federación de Centros de Alumnos, designada por la autoridad, de línea “gremialista” y por otro, los sectores opositores al régimen que se agrupaban en los Centros de Alumnos Democráticos. Los primeros años de renacimiento del movimiento estudiantil también fueron años de Guillatunes en el Pedagógico. Allí nació la idea de la ACU, Agrupación Cultural Universitaria que, entre otras actividades, realizó seis festivales de música, tres de los cuales terminaron con el Teatro Caupolicán repleto; cinco de teatro, dos concursos literarios y muestra plásticas. La “generación ACU” cuenta entre sus filas al grupo Ortiga, Aquelarre, Upa, Santiago del Nuevo Extremo, Schwenke y Nilo; en teatro a los grupos Teniente Bello y Baño a Baño; en literatura, José María Memet, Jorge Montealegre, Diego Muñoz. En 1980 el Pedagógico se paraliza durante un mes en apoyo a una profesora que había sido exonerada y en contra de la oficina de “Coordinación Administrativa”, cuya fin era inhibir cualquier tipo de organización estudiantil. Ese mismo año los estudiantes se expresan masivamente contra el “fraude” de la Constitución del 80. Esto, unido a lo ocurrido en el Pedagógico, decide al régimen a aplicar medidas muy duras dirigidas a neutralizar políticamente a la U. Al llegar el verano, el gobierno promulgó la Ley General de Universidades, separó al Pedagógico de la Universidad de Chile, expulsó y relegó a los dirigentes de los Centros de Alumnos y puso punto final al incipiente movimiento estudiantil. Pronto la FECECH se autodisuelve al perder todos los Centros de Alumnos. El Consejo de Presidentes decide realizar un plebiscito: la alternativa FECH v/s la llamada “libre afiliación”, que pretendió imponer la autoridad al disolverse la FECECH. 200 votos faltaron para reconstruir la Federación. Se llamó entonces a una Asamblea Constituyente, donde dirigentes elegidos por los universitarios elaboraron los estatutos de lo que iba a ser la Federación. En el plebiscito, una abrumadora mayoría apoyó el trabajo de la Asamblea y la constitución formal de la FECH. En 1984, Yerko Ljubetic asume la presidencia. La nueva Federación crea la Universidad Libre, en un intento por revivir de algún modo la antigua tradición de las universidades populares. Desconociendo el Estado de Sitio decretado por el régimen, la FECH realizó los primeros Trabajos Voluntarios en enero de 1985. A los pocos días, un enorme despliegue de fuerzas de seguridad detuvo a la gran mayoría de los voluntarios. En la Primera Comisaría de Santiago murió Patricio Manzano, estudiante de Ingeniería. Gonzalo Rovira, vicepresidente de la FECH, fue detenido tras los funerales y luego confinado a un Campo de Concentración en Conchi. La designación de José Luis Federici como Rector Delegado generó uno de los conflictos más grandes y difíciles que enfrentó la comunidad universitaria. La presión estudiantil y académica se manifestó de diversas maneras. Como la acción realizada por alumnos de Derecho, los que, mientras el decano Hübner se enfrentaba a más de 250 alumnos en una espontánea asamblea, sacaron los muebles del decanato y con mucho cuidado los pusieron en la misma disposición en el patio de la Facultad. Federici se enojó más que Hübner y decretó el cierre de esa escuela hasta el 6 de diciembre. La movilización de toda la comunidad y la Federación, al mando de Germán Quintana logra finalmente que Federici se vaya, asumiendo el Rector Juan de Dios Vial Larraín, quien “normaliza la situación”, reincorporando a los profesores exonerados, pero sin cambiar el modelo de universidad de mercado, impulsado por su antecesor. Con la llegada de los gobiernos civiles, surgió la esperanza por parte de los estudiantes de que la FECH se abocaría al necesario proceso de redemocratización al interior de la U. Muy por el contrario, los dirigentes de la Federación de aquel período estuvieron lejos de ese objetivo. A esto se sumaron manejos administrativos y financieros viciados que la hicieron protagonista de más de un escándalo público. La FECH se sumió paulatinamente en una crisis que finalmente fue terminal. En 1995, liderada por Rodrigo Roco, se constituyó una FECH Refundacional que debía llevar a cabo un Congreso Estudiantil, donde se elaboraran los Estatutos y Declaración de Principios de la organización. Más de 2.500 estudiantes marcharon a los pocos días a la Moneda para expresar su descontento con las políticas educacionales del Gobierno. En marzo del 96, la Federación se tomó la radio de la U, para evitar su venta. La FECH participa activamente en la reconstrucción del movimiento estudiantil en todo el país, a través de la CONFECH. En las elecciones para constituir la FECH “definitiva” es reelecto Roco. Los estudiantes exigen un Estatuto Orgánico democrático y un Proyecto de Desarrollo Estratégico, que sea elaborado por toda la comunidad universitaria. La U es tomada durante casi dos meses, a mediados del 97. El conflicto desemboca en un Congreso triestamental que durante las primeras semanas de enero de este año debatió sobre el futuro de la U. Sus resoluciones deberán ser votadas en un Referéndum que se realizará al comienzo de este año académico. En 1997, por primera vez, en sus 90 años de vida, la Federación es presidida por una mujer: Marisol Prado, estudiante de Medicina. |
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