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Documento de Historia Nº 075. 17 de mayo de 2004Sara FloundersMujeres en Iraq, retroceso bajo la ocupación; mujeres en el Ejército de EEUU, violencia sexual(CSCAweb, 22 de marzo de 2004; 'Workers World Newspaper' (EEUU), 18 de marzo de 2004)
"¿Cómo es posible que las mujeres de Iraq -que habían alcanzado más logros en sus derechos, prestaciones y participación en la sociedad que otras mujeres del mundo árabe- puedan repentinamente tener que hacer frente a la pérdida de sus derechos económicos, sociales y políticos garantizados por ley durante casi 50 años? [...] Al mismo tiempo, las mujeres militares de EEUU hacen frente a grandes amenazas y peligros, no por combatir contra el 'enemigo', sino por los mismos hombres de su Ejército: las cifras de violaciones, asaltos y hostigamiento sexuales contra las mujeres soldados han alcanzado proporciones epidémicas". ¿Cómo es posible que las mujeres de Iraq -que habían alcanzado más logros en sus derechos, prestaciones y participación en la sociedad que otras mujeres del mundo árabe- puedan repentinamente tener que hacer frente a la pérdida de sus derechos económicos, sociales y políticos garantizados por ley durante casi 50 años? La guerra y la ocupación de EEUU, cuyos dirigentes prometieron llevar la libertad y un futuro nuevo [a Iraq], ha dado la vuelta a décadas de leyes progresistas y logros sociales que eran los más impresionantes en toda la región. Al mismo tiempo, las mujeres militares de EEUU hacen frente a grandes amenazas y peligros, no por combatir contra el enemigo, sino por los mismos hombres de su Ejército. Las cifras de violaciones, asaltos y hostigamiento sexuales contra las mujeres soldados han alcanzado proporciones epidémicas. Dos terceras partes de las mujeres soldado han experimentado comportamientos sexuales no deseados o provocados según Terri Spahr Nelson, autora del libro titulado Por amor a la patria: hacer frente a las violaciones y hostigamientos sexuales en el Ejército de EEUU. . Desmantelando los derechos garantizadosEn Iraq el estado de las mujeres está retrocediendo al nivel de las mujeres de otros países de la región del Golfo, donde el Ejército estadounidense respalda y mantiene dictaduras feudales corruptas. En estas otras sociedades las mujeres son literalmente esclavas, recluidas en las casas y cautivas de un sistema patriarcal represivo. No tienen derecho al trabajo ni a controlar sus propios recursos; ni siquiera a conducir un automóvil. No pueden viajar solas si no es con un miembro masculino de la familia. No tienen el derecho al voto ni el de participar en cualquier forma de vida política. En Kuwait, Arabia Saudí y en todos los Estados petrolíferos del Golfo a las mujeres no se les reconoce ningún derecho que cualquier hombre tenga que respetar. No tienen derecho a decidir con quién casarse, ni tampoco derecho a divorciarse, aunque sea de un esposo agresor. La educación está segregada -y, por lo tanto, es desigual- lo que contribuye a que la mayoría de las mujeres, [por ejemplo] en Arabia Saudí, sean todavía analfabetas(1) Al contrario de ellas, las mujeres iraquíes han gozado de completos derechos durante casi 50 años. Pero estos logros no se obtuvieron en el vacío: fue parte de un levantamiento revolucionario que comenzó en 1958(2) en el que siglos de privilegios y posiciones reaccionarias feudales fueron aplastados. [Posteriormente] la nacionalización del petróleo determinó que hubiera recursos para llevar a cabo programas masivos de alfabetización, para proveer cuidados gratuitos de la salud y de mejor calidad, y para subsidios de centros infantiles y viviendas. El gobierno proveía a los y las estudiantes una pequeña compensación monetaria que servía como incentivo para que las familias mantuvieran tanto a las niñas como a los niños en las escuelas. El rápido aumento de la economía aseguró empleos para miles de mujeres jóvenes. A las mujeres iraquíes se les garantizó por ley que si no encontraban empleos en el sector privado el gobierno se lo proporcionaría de acuerdo a su especialidad o a su nivel educacional. El gobierno era el mayor empleador de mujeres. Así, [hoy en día], el 38% del cuerpo de médicos en Iraq son mujeres. Las mujeres eran [hasta la invasión de Iraq en 2003] la mayoría del estudiantado universitario. La destrucción [causada por] la guerra de EEUU contra Iraq en 1991 y los doce años de estrangulamiento por sanciones que le siguieron destruyeron la economía que sostenía esos cambios sociales (3). Y en menos de seis meses de ocupación de EEUU el servicio de salud gratuito, tan perjudicado por los años de sanciones, está siendo totalmente desmantelado (4). El servicio eléctrico es esporádico y ya no se suplen medicinas ni equipos médicos. Los cuidados pre y posnatales antes gratuitos son ya parte del pasado, el 95% de las mujeres embarazadas están anémicas y sus bebés nacen con bajo peso, prematuros y enfermos(5). Se ha puesto fin a los seis meses de [baja maternal por] posparto con paga garantizada, al igual que al empleo fijo. El subsidio destinado a centros infantiles, alimentos y vivienda se ha acabado. Los bombardeos masivos destruyeron las escuelas, hospitales y las clínicas. Las agencias sociales y los ministerios fueron totalmente saqueados mientras las tropas de ocupación observaban. La falta de seguridad o de dinero para la compra de libros mantiene a gran parte de los niños -especialmente a las niñas- fuera de la escuela. Las fuerzas de ocupación anglosajonas se sirven de los colaboracionistas más reaccionarios y corruptos. El procónsul de la ocupación, Paul Bremen, nombró [en junio de 2003] para el Consejo Gubernativo de Iraq a representantes de la antigua clase de terratenientes y clérigos religiosos más conservadores, todos ellos opuestos a los cambios sociales de las décadas recientes. Estas fuerzas quieren restablecer las leyes más regresivas -leyes y códigos antiguos que regían fuertemente a poblaciones rurales y aisladas. Ahora serían reimpuestos a una población mayoritariamente urbana. El Consejo Gubernativo nombrado por EEUU ha aprobado la normativa 137(6) que deroga el Código [de Estatuto Personal] progresista laico vigente. Las leyes islámicas de la sharia eliminarían los derechos de la mujer en el matrimonio, el divorcio, la herencia y la representación legal, y, asimismo, legalizaría la lapidación a muerte por adulterio. Las mujeres iraquíes han reaccionado ante esta medida saliendo a las calles en manifestaciones masivas exigiendo que Paul Bremen -la autoridad última de EEUU que firma toda legislación- no firmara esta ley(7). Mujeres en el Ejército de EEUUEn febrero el Denver Post publicó una serie de artículos sobre las mujeres en las fuerzas armadas de EEUU y sobre el creciente número de asaltos sexuales contra ellas por parte de los soldados estadounidenses. Las mujeres que han sido asaltadas o violadas informan que la atención médica que reciben es inadecuada, con falta de terapia, falta de investigaciones minuciosas y hasta amenazas de castigos por denunciar las agresiones. El nivel de violencia en contra de las mujeres soldados de las fuerzas armadas de EEUU confirma el carácter reaccionario de la máquina militar del Pentágono. Al aumentar el número de mujeres en el Ejército se expone más claramente la violencia del Pentágono. Muchas mujeres jóvenes se unen a las fuerzas armadas como medio de encontrar un empleo que les proporcione posibilidades materiales para alimentar a sus hijos. Más de 59.000 efectivos femeninos han sido desplegadas en el extranjero como parte de las guerras contra Afganistán e Iraq. La violencia organizada, la brutalidad y el racismo de un Ejército de ocupación se reflejan en la propia vida personal de los mismos soldados. El Pentágono funciona como un instrumento de violencia contra los pueblos oprimidos. Cultiva la cultura de la violencia contra mujeres, gente de color, lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales (8). El entrenamiento militar en un ejército imperialista condiciona a los soldados a la violencia y a la deshumanización; el entrenamiento involucra la humillación y la destrucción de la autoestima y de la solidaridad humana. Este entrenamiento afecta a las relaciones personales. En 2001 se documentaron más de 18.000 casos de abusos de violencia doméstica en el seno de las fuerzas armadas. La mayoría de los casos de violencia doméstica no son revelados. A pesar de la falta de informes, la tasa de abusos es entre tres y cinco veces superior a la de civiles. En una sociedad patriarcal con clases sociales existe una conexión entre la degradación y violación de la mujer y el poder y la conquista no relacionado con el deseo erótico. Esto es violencia, no sexo. El papel absolutamente reaccionario del Pentágono en Iraq envenena hasta los soldados de los rangos bajos que son alentados por la cadena de altos oficiales. En las operaciones militares (ya sea en Corea, Vietnam, Filipinas, Europa Oriental, o América Latina) las bases de EEUU están rodeadas por burdeles y clubes nocturnos: es una completa industria del sexo. Las condiciones desesperadas y la destrucción de la guerra fuerzan a miles de mujeres y niñas a la prostitución y a la esclavitud sexual. Christen Hansen de la Fundación Miles, quien ha ayudado a mujeres que han sido atacadas sexualmente afirma: "[...]Tenemos muchas preocupaciones acerca de la respuesta que dan las fuerzas armadas al asalto sexual en zonas de combate". Según la Fundación Miles un 30% de veteranas denuncian una violación o un intento de violación durante el servicio activo. Los asaltos, la humillación y las presiones no son nada nuevo o desconocido para los oficiales militares. Casi un 30% de las veteranas militares de EEUU en Vietnam entrevistadas para una encuesta en 1990 declararon que sufrieron acoso sexual "acompañado por la fuerza o la amenaza de violencia". Una encuesta del Departamento de Asuntos Veteranos de mujeres en la Guerra del Golfo de 1991 informa igualmente que un 33% sufrieron acoso sexual. La violencia contra la mujer forma parte de la maquinaria militar del Pentágono, no es una coincidencia o un accidente. Este es otro crimen más contra la Humanidad que tiene que ser expresado en la manifestación en contra de la guerra y la ocupación militar del próximo 20 de marzo y de manera continua.
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