Divina sombra
Voy por el mundo y soy apenas sombra
de lo divino que decir no puedo...
Amo tanto los astros y la noche
que pienso que talvez ya llevo dentro
de mis ensueños de hombre,
en mis cansados ojos, mucho cielo.
Amo tanto la muerte, que la vida
para mi es un instante de los tiempos,
por eso amo la sombra del camino
por donde van los muertos.
Por eso estoy soñando con la muerte,
-futuro de silencio-
es que ya tengo dentro de los ojos
todos los astros hechos noche y cielo.
Voy por el mundo y soy apenas sombra
de lo divino que decir no puedo...
("Juventud", Año I, Nº 5, abril-mayo-junio de 1919)
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