Yoísmo
1
Ante la paz de los caminos rezo
La oración de las almas y de las cosas;
yo soy un peregrino cuyas rosas
se deshojaron del dolor al beso.
Yo soy un peregrino que ya empiezo
a subir las encuestas dolorosas.
Del dolor abriré todas las fosas
al subir la jornada del bostezo.
Yo soy la encarnación del dolor mismo
y soy como una sombra en el abismo
y soy como un misterio en un misterio.
Yo soy la encarnación de mi infinito
yo soy en Asheverus cuyo grito
es el alma de un trágico salterio.
2
Yo soy como un fantasma misterioso
que por la sombra de un abismo erra;
yo soy como un sonido doloroso
que vibrara muy lejos de la tierra.
Tal vez yo soy la sombra de un poeta,
de un poeta rebelde y visionario;
tal vez ya pertenezco a otro planeta
donde tengo mi altar y mi incensario.
Mi yo es uno, pues yo no tengo hermanos.
Mis cantos son los rezos peregrinos
que nunca entenderéis si sois profanos.
Mis versos los escuchan los caminos;
a mi soplo brotan lirios los pantanos,
yo soy la encarnación de los divinos
-¡Cristo fué encarnación de los humanos!
3
La materia me agobia. Y en mis hombros
llevo el dolor de todos los soberbios.
La Materia me agobia y en mis nervios
se encarnan los genésicos asombros.
Ya más que la Materia soy fantasma;
yo sé que el lodo encierra la miseria,
pero que hacer; la forma es la Materia
y en la Materia la vida se plasma.
Yo quiero destruir las viejas normas
que plasman la materia con las formas,
yo quiero ser rebelde no vencido.
Los Hombres, los Humanos, todos, todos
habréis de regresar, en los exodos,
a las eternas noches del olvido.
(Elegías)
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