Los hombres prudentes
Los hombres prudentes
los ponderados de rostros cadavéricos
los que pesan el sí toda la vida
y dan vueltas al no toda la muerte
los que dicen ¡cuidado!
los que juegan su nombre en un cuchillo
que el protocolo no consulta
los anodinos que se espantan
los que ni frío ni caliente
los que no comen ni dejan comer
los súbditos de todos los miedos
los que retroceden cuando avanzan
los gelatinas
los que a plazos vendieron su esqueleto
los que libraron una guerra a muerte
para condecorados ser por el que sea
los pequeños hombres de los cócteles
los honorables del anonimato
los aguas de borraja
los perfectamente equilibrados
los tal vez los quién sabe
Y las putas entraron en el Reino de los Cielos
(Del libro "Noches", 1976)
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