Desengaños
Cuando veas que la lluvia cae
y seguirá cayendo hasta que mueras:
piensa que estás solo para siempre.
Cuando en la mano que te han tendido brille sólo el puñal,
o al ir a apretarla se transforme en humo:
no te hagas ilusión: sigues estando solo para siempre.
Cuando creas que aún puede ayudarte la Palabra
(tú que aún crees en la Palabra),
desengáñate: porue la Palabra ha sido corrompida,
y estás, sin ella, solo para siempre.
Cuando mires la soberbia del que está en el poder
y la peor soberbia del que aspira al poder
para saciar (así se dice) las hambres de los hombres:
riete de ellos, pero piensa
que están solos para siempre.
Cuando veas la abominación en el lugar de lo sagrado
y el cáliz lleno de inmundicias:
coge la esponja, empápala en vinagre,
muerde dos mil años de su sabor, y piensa
que un hombre estuvo solo para siempre.
(Del libro "Noches", 1976)
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