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Serie: Historia del Movimiento Social Chileno
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El Recabarren de González Vera
Por José Santos González Vera
(Periódico "El Siglo" Nº 8425, Tercera Época Nº 825, del 02 al 08 de mayo de 1997, Pág. 28)
Este texto inédito del novelista, Premio Nacional de Literatura, José Santos González Vera, fue proporcionado a "El Siglo" por el escritor Raúl Mellado, quien lo tuvo directamente de su autor.
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Recabarren era bajo, muy cabezón, con el rostro alargado y los párpados superiores caídos, capotudos. Su mirar era firme y penetrante. Era largo de cuerpo y corto de piernas. Cuando estaba sentado parecía hombre alto. Su movimiento de cabeza era de izquierda a derecha. Esta costumbre debió servir de pretexto, en su juventud y al iniciarse en el partido demócrata, para que lo apodaran Tío Cabra. Andaba con paso corto y rápido. Era de poca estatura, pero ancho de espaldas. Se partía el cabello, ya un tanto canoso, y no poco híspido, al lado.
Recabarren era fundamentalmente serio, pero al hablar con otros su tono oscilaba entre la seriedad y lo festivo. Como orador no era elocuente, no tenía brillo, convincente si que era y muy claro, persuasivo, amable; conocía bien los matices del idioma. Creo que mientras fue diputado no empleó insultos ni ofendió a nadie. La idea de convencer era en él muy fuerte.
Odiaba la discusión, lo teórico. Del intelectual obrerista o puro sospechaba que era disolvente, disparaba hacia el escepticismo.
Su vida era para la organización obrera No sabía estar quieto. En la capital llegaba a las siete de la mañana a revisar cuentas, contestar su correspondencia, escribir breves artículos o poemas, asaz impoéticos, que concebía de una sentada para que los artesanos cantaran con melodías populares. En cuanto escribía, lo preocupaba la idea útil.
Los domingos solía ir a los pueblos vecinos para hablarle al campesino. Allí usaba otro lenguaje. Nada de socialismo ni de revolución social. Pedía al hombre de la tierra que bebiera menos, pegare menos a su mujer y a la sombra.
Era bastante joven, tal vez el año 1906, cuando fue contratado para dirigir un periódico de Tocopilla. Después tuvo "El Socialista" y "El despertar de los Trabajadores". Esto representaba muchos años de lucha al sol y a la sombra.
Antes se vio a menudo preso. En la cárcel montaba su catre sobre cuatro platos de fierro enlosado, llenos de agua, para librarse de los chinches.
Recorría las oficinas salitreras alentando a los pampinos a sindicalizarse. Le prohibieron el acceso de a las oficinas. Entonces deteníase en un lugarejo llamado Ríoseco, entre las estaciones de Pinto y Prat, y pernoctaba en una cueva.
Hasta allí caminaban los pampinos para oírlo.
El viajaba con dos maletas llenas de folletos. Mediaron huelgas abundantes. Los administradores salitreros cerraban unas oficinas con lo cual el socialismo incipiente volaba por el desierto. Se concretó al fin al fundarse el primer partido socialista nortino en Pampa Unión. Después en Antofagasta, Iquique, Tocopilla fue avasallador.
González Vera
Vida y Obra de Luis Emilio Recabarren |
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