NUEVA YORK.- La comunidad paleontológica se ha quedado boquiabierta con un nuevo descubrimiento espectacular. Junto al lago Ezquiel, en la tierra infinita de la Patagonia, los científicos han desenterrado los huesos rosados de un enorme saurio carnívoro, al que han bautizado como Mapusaurus roseae. Emparentado con el legendario Tyranosaurus Rex y el descomunal Giganotosaurus Carolini, sobrepasaba los 12 metros de longitud desde el inicio del hocico hasta el extremo de la cola, convirtiéndose por poco en el mayor de los saurios carnívoros conocidos hasta la fecha, si bien la polémica entorno a las tallas, un clásico del debate arqueológico, no se da por cerrada.
Los líderes de la excavación, Roberto Coria, del Museo Carmen Funes, y Philip J. Currie, de la Universidad de Alberta en Edmont, comparecieron pletóricos para anunciar su hallazgo, aunque trataron de mitigar la euforia.
Bajo las arenas rojas del yacimiento, de más de 100 millones de años de antigüedad, los picos han desempolvado hasta nueve ejemplares del reptil, un golpe de suerte bastante infrecuente en una disciplina acostumbrada a trabajar con retazos. Cientos de astillas y huesos han ayudado a recomponer la estampa del animal. Su poderoso cráneo, contundentes cuartos traseros y una gigantesca cola estabilizadora resultan admirables si los comparamos con las dimensiones usuales de nuestro mundo actual, donde el mayor de los saurios, el cocodrilo marino o poroso, natural del norte de Australia, mide en torno a los siete metros.
Varios ejemplares
Las excavaciones comenzaron en 1995 y los científicos pronto descubrieron que estaban trabajando con los restos de un carnívoro desconocido, ahora incluido en el orden carcharodontosaurio. «Los trabajos revelaron que estábamos ante más de un individuo», han señalado Coria y Currie en un meditado artículo.
Según sus pesquisas, entre los fósiles aparecidos figuran restos de ejemplares jóvenes, de hasta siete metros de longitud, mezclados con parientes adultos. Ambos científicos opinan que el Mapusaurus compartió hábitat con el mayor dinosaurio conocido, Argentinosaurus, un herbívoro cuya talla excedía los 38 metros. Se cree que el gigante devorador de plantas fue protagonista en la dieta del carnívoro.
Para bautizar al Mapusaurus Coria y Currie han acudido a una aquilatada costumbre de la zona, pródiga en yacimientos del Cretácico, que rinde homenaje a los mapuches, pobladores originales del oeste de la Patagonia.
La importancia del hallazgo destaca al compararla con los últimos descubrimientos en Mongolia, Canadá y Estados Unidos. Frente a la teoría previa, que hablaba de enormes lagartos cazadores que vivían alejados de sus congéneres, comienza a imponerse la idea de que los grandes saurios depredadores formaban grupos. «La presencia de tantos animales en un mismo nicho» , ha señalado Currie, «sugiere que vivían juntos, formando un grupo que desapareció en el momento de su catastrófica muerte».