Encuentro en Valparaíso
La vida era como un paisaje...
un paisaje perezosamente contemplado.
Mis pisadas caían lentamente
sobre desgastados adoquines,
mientras miraba herrumbrosos rieles de tranvías
que dejaron de circular hace cincuenta años...
Entonces apareciste tú en mi vieja ciudad,
en tus ojos una lejana sala de clases.
Como en un sueño apareciste,
entre un pedir lo imposible apareciste.
Bosque y plenitud traías,
dos alas distintas y un sueño roto traías,
soledad y vínculos,
soledad e intensidad traías...
...Y así fue.
Mientras compartíamos palabras, vino y sueños,
sentí que penetraban
en la penumbra de la antigua taberna
la intensa lluvia del Sur
y el viento y el mar de Valparaíso.
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