Con los brazos abiertos
(Para Ricardo Valdés B.)
¡Tú, que abriste los ojos a la verdad inmensa
de crear nuestra dicha en un mundo interior;
Tú, que abriste los brazos en amor y en defensa
de todos los humildes y de todo dolor!
¡Tú, que miraste el odio como una sombra densa
y fatal en la senda de la humana ascensión;
Tú, que en suave sonrisa respondiste a la ofensa,
porque el amor trunfara con luz de redención!
Hoy, que todos los hombres por caminos inciertos,
tristemente engañados, van heridos de error,
con sus almas obscuras, sus corazones yertos...
Tú, que en la triste senda que llenaste de amor,
has quedado soñando con los brazos abiertos...
aunque nade te mire ¡no los cierres, Señor!
"Antología poética".
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