Se nos fue el amor
Se nos fue el amor
por las rendijas polvorientas
de las ventanas,
por el hueco
del lavaplatos,
por el vano resquicio
de las sonrisas.
Se nos fue el amor
entre los dedos,
como gorrión asustado,
como agredido clavel,
como agua entristecida
en los desolados ojos
de los niños.
Se nos fue el amor
como el flujo de la tarde
hasta el fondo
de la terca noche,
como añeja porfía
estrellándose
en las duras piedras
del imposible diálogo.
Se nos fue el amor
por las lentas arrugas
de las sábanas
hasta la paciente canasta
de la ropa sucia,
por las nustias rosas
del jardín moribundo
a la desencantada taza
del último desayuno.
Se nos fue el amor
y con él nosotros,
entre restos de comida
y pozos de vino agrio,
hasta el bullicioso mar
del doméstico olvido.
Se nos fue el amor;
lo dejamos ir,
sin haberlo despedido,
hacia la inútil promesa
que llamamos felicidad.
(De "Más allá del pan", 1981)
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