La niña que quiso ser estrella
por Juan Pozo
Ya con una producción más o menos continuada, el cine nacional comienza a preocuparse por atender a las revelaciones. Antes, en una película, el director "estrenaba" una estrella. La muchacha triunfaba. No era, precisamente, una maravilla, pero el público la había visto con agrado. igual acontecía con los actores. Luego, en la segunda película, ese mismo director volvía a "estrenar" una estrella y otro actor. La primera revelación se fundía en el anonimato, de donde había salido, y el cine seguía caminando lentamente, sin preocuparse más de nadie. Este ha sido el caso de muchos que pagaron las tristezas y el esfuerzo de los primeros días de nuestro cine. Alejandro Flores, después de trece años de su primera aparición, regresa al cine. Brilló fantásticamente con "Norte y Sur". Sufrió las consecuencias del cine experimental, y ahora vuelve a los sets para encontrarse con un cine mayor, en el que deberá interpretar el papel central de "La casa está vacía".
Ahora no ocurre lo de antes, es cierto. Ahí está Chela Bon para confirmarlo. La verdad es que "Romance de Medio Siglo" no fue un brillante estreno para Chile Films, pero en cambio sirvió para que varias figuras debutaran con éxito en nuestra pantalla. La que acaparó el interés de los comentarios del público a la salida de los cines donde se proyectaba "Romance de Medio Siglo", fue la muchacha que hace su aparición casi al final de la cinta, para rubricar la historia. Desciende de un avión, y desde ese momento la película vuelve a cobrar interés para el espectador, que se concentra en el personaje que encarna la muchacha. Y al final de la cinta aplaude.
Chela Bon es la nueva estrella.
Conversando con ella, la otra tarde en los Estudios Chile Films, le contaba a este cronista la historia de sus comienzos cinematográficos.
-Muchas veces había deseado trabajar en cine -dice, mientras juega suavemente, empujando una piedra con el pie-. Veía a Greer Garson, mi estrella favorita, cómo hacía y deshacía idilios y tragedias, con una naturalidad maravillosa. Me gustaba aquello. Por eso le escribí al señor Moglia Barth, que por esos días ocupaba uno de los puestos importantes en Chile Films, para darle a conocer mi interés por el cine. Quería ser actriz. Al poco tiempo de haber enviado la carta recibí su respuesta, participándome que mi interés por el cine iba a ser encausado en la Academia de Intérpretes de los estudios, que dirigía Pedro de la Barra. me citaban para una fecha.
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Asistió a su primera clase. Atendió a las indicaciones. Se puso nerviosa al reclutar los primeros parlamentos delante del director. Desparramó algunas lágrimas sobre la almohada, luego de su primer fracaso como estudiante, se prometió no ceder y estudiar con más ahínco. El tiempo iba corriendo, y comenzaron a producirse ciertas novedades en los estudios. Terminó la Academia. Se anunció el comienzo del rodaje de "Romance de Medio Siglo", figurando ella en el reparto. Una tragedia familiar se sumó a sus cientos de preocupaciones. Sin embargo, no se apartó del cine.
-Hice mi papel lo mejor que pude -agrega con seriedad-, y creo no haber defraudado a nadie; ni haberme defraudado a mí misma- se sacude la falda negra que se le ha teñido con la cal de una cerca, donde posó recientemente para el reportero gráfico.
Ustedes conocieron a Chela Bon en "Romance" con el pelo negro. Pues ahora luce una cabellera castaña que deberá aclarar aún más para su papel en "La Casa está vacía", su segunda película, donde vuelve a ocupar un lugar de preferencia. Su belleza ha aumentado un poco gracias al dorado del pelo.
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La historia de su nuevo contrato para la película de Carlos Schliepper (1) tiene ya el sabor de una anécdota. Chela Bon terminaba recién de filmar las últimas escenas suyas para "Romance". De todos modos, sin trabajos en el set, seguí asistiendo a los estudios hasta que se reanudaran las clases de la Academia y para observar el trabajo de los demás intérpretes de la película. Observando se aprende mucho. Una tarde, sin embargo, en que el calor de la calefacción en la sala donde se realizaban las clases era mucho más agradable que el frío del set y de los patios de Chile Films, Chela Bon se quedó dormida en uno de los asientos de la sala. Y allí la descubrió Palacios, ayudante de Schliepper, que por esos días andaba vuelto loco a la búsqueda de una muchacha para interpretar uno de los papeles centrales de la película. Palacios la miró un instante. La despertó. La hizo hablar y luego la citó para el día siguiente, a las ocho de la mañana, a una prueba de luces y sonido.
La prueba se realizó esa mañana. En la tarde Schliepper y Palacios observaban los resultados y al día siguiente, Chela Bon, aún sin ser conocida por el público, que todavía no había visto "Romance de Medio Siglo", firmaba el contrato para su segunda labor en el cine, como una de las intérpretes centrales de "La Casa está vacía".
Ya cuando está crónica aparezca Chela Bon estará con el grupo de técnicos e intérpretes de la cinta, filmando en Zapallar las primeras escenas, dispuesta como en su trabajo inicial, a superarse a cada momento, para no defraudar al público, a quien se debe desde el estreno de "Romance", y para no defraudarse a sí misma, con quien ha contraído un compromiso de honor: llegar a ser estrella.
Notas sobre el artículo (por Espartako.cl)
1. El apellido aparece en esta crónica mal escrito. Hace referencia a Carlos Schlieper, director de cine argentino (1902-1957).
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