Arte poética y práctica
Siento a los primeros ancianos subir de sus pozos a deslumbrarnos a hojarascas
¿Sentís su quemazón viva como la piel de fuego que envuelve a nuestra edad?
¿Sentís morir los amigos separados y unidos de nosotros por un cordel insubsanable?
Veo, gusto la alegrfa que se contrae y llena a algunos sus sacos de alma
Y explorar las regiones cerradas del corazón
A manos llenas intrusas como quien ama por dentro de oro a las serpientes
De vello, de escalofrio, de voluptuoso orden
Siento caer las lágrimas y allí
El corazón buscar la situación de su proa
Moverse moverse o es el hombre que todavía desea
aferrarse a su cuerpo querido, ay, dónde guardar el pensamiento
Amo ver puro al hombre suelto entre sus columnas sus follajes brillantes
Como un animal que hubiera logrado su última forma de desnudez
Radiante de sus huesos feliz de sus pasos de mármol
Un caballo cuyo pelaje cayó por dignidad y exceso de amor.
A fin mis buenos antecesores mis queridas amigas futuras
Transparentes como las páginas de las profecías
Sedientas como los astros que cruzan los cuerpos de la humanidad
Tras la piel obscura de la costumbre
Al fin comprendo la felicidad a costa del sacrificio
Comprendo el mar a costa de sus olas
El hombre a costa de su historia
El pensamiento a costa de sus escamas
Os amo os amo atravesando toda cáscara
Porque yo soy el animal que desciende al fondo del alma
Transformado en rocío de videntes pupilas
Dispuesto a obedecer vuestras riendas o arterias
De perfil por la ventana de la sangre
De perfil por el pulso
De perfil.
(Publicado en Multitud, Año 4 N° 40, 1942, pág. 44)
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